
Los adultos que hoy tenemos entre 30 y 45 años es muy posible que creciéramos con aquella primera gran hornada de videojuegos de los años 70 y 80, desde el Pong hasta el Tetris, las Game&Watch de Nintendo que nuestras madres llamaban “las maquinitas”, el Joystick con el botón rojo de Atari, los arcade de bares y salones recreativos, el Super Mario de la NES (o su versión pirata NASA), el sonido metálico que hacía Sonic al recoger anillos a toda velocidad… y las batallas de patio de colegio sobre si era mejor el Aladdin de Super Nintendo o de Megra Drive.
Pues aquellos niños ahora son adultos que están teniendo sus propios niños, y ya sea porque desean compartir una afición que muchos consideramos apasionante, o porque entre sus grupos de amigos hablan de los juegos a los que juegan, se están iniciando en los videojuegos… y vemos con frustración que cuando cogen el mando de la “play”, la Nintendo o la Xbox, no son capaces de pasar del primer obstáculo de la primera pantalla de la primera fase. Y se frustra la criatura porque quiere jugar, y se frustra el mayor porque sabe que si no aprende lo básico del inicio no podrá superar lo complicado que viene más adelante.
Se habla mucho de los beneficios de videojuegos para la coordinación mano-ojo, para la resolución de problemas, para la visión espacial, desarrollo de estrategias de planificiación, estrategia, agilidad mental, incluso en contra de muchos críticos, imaginación… muchos videojuegos cuentan historias complejas, en las que somos los protagonistas, asumimos papeles que nos ponen a prueba, descubren aspectos de la personalidad desconocidos hasta entonces, desarrollan la empatía, entrenan en habilidades sociales a través de ese juego de roles… o como mínimo la mayoría son divertidos, que es lo que se espera de un juego.
Sin embargo de la misma forma que hay contenidos más adecuados que otros para algunas edades, como en todas las artes y géneros de entretenimiento, también hay juegos que son preferibles dejarlos para cuando el desarrollo neurológico de nuestros hijos, sea mayor.
Nosotros crecimos con las maquinitas de Game&Watch que tenían de dos a seis botones. El famoso Joystick de la Atari era un palo con un sólo botón que manejábamos con las dos manos. La NES era una cruceta con dos botones…
¿Habéis contado alguna vez los botones y palancas que tiene un mando de Playstation? Son dos palancas, una cruceta, cuatro botones y cuatro gatillos. Y en muchos juegos se usan hasta combinaciones de dos y tres botones a la vez. Una de las palancas mueve los pies y la otra mueve la cabeza, para que podamos, por ejemplo, movernos hacia la derecha mientras miramos hacia arriba o hacia abajo la cámara para disparar o encontrar lugares ocultos. Es como pasar de manejar un coche teledirigido que va hacia adelante y hacia atrás, a pilotar un dron en el que tienes que controlar altura, orientación y velocidad, todo a la vez.
¿Qué hacemos entonces? Pues primero de todo, ser muy realistas con el momento que estamos viviendo. Es posible que los niños aun sean pequeños y debamos esperar a que crezcan un poco más. Ir presentando los videojuegos de forma adecuada a su estado de desarrollo.
Las actuales versiones “Mini” de la Nes, Super Nintendo, PlayStation y Megadrive son una buena puerta de entrada porque recuperan los controles con los que nosotros mismos aprendimos a jugar.
Incluso si ya tenemos una plataforma de juegos en casa para nosotros mismos, o para los hermanos mayores, escoger los juegos no sólo por su temática (aquí recordad siempre el código PEGI) sino también su dificultad. El FIFA, por ejemplo, es PEGI 3 porque no encierra ningún problema por contenido, pero jamás se lo presentaría a un niño de 3 años por la dificultad de sus controles y mecánica de juego.
Que sus personajes sean infantiles no tiene por qué significar que sean fáciles. Los juegos con plataformas donde sea fácil caer y perder una vida son mala opción. Aquí Nintendo, por ejemplo, lo hace muy bien con sus Mario, Kirby y Yoshi. Son juegos fáciles y muy divertidos. Id a vuestra tienda de juegos y preguntad, o investigad en internet sobre juegos para las edades de vuestros hijos.
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